Estonian Kringle

Esta vez si que he sido rápida y eso que sigo sin estar en mi mejor momento (este resfriado se niega a abandonarme) pero es que no me he podido resistir. ¿Quién se aguanta las ganas de hornear algo tan bonito?

Esta típica receta estonia la vi el lunes en el blog de ¡Qué cosa tan dulce! y fue amor a primera vista. Si no conocéis el blog de Yaiza ya estais tardando en visitarlo porque es una maravilla. El Kringle es un típico dulce para los desayunos navideños en los países bálticos. 

Se asemeja a un brioche con la corteza crujiente y con un sabor a canela y frutos secos que convence a cualquiera. Parece complicado de hacer pero nada más lejos de la realidad, si yo puedo hacerlo el resto del mundo puede. Aquí vamos con la receta.

Comenzamos preparando la masa y para ello batimos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar glas hasta que se incorpore. Le añadimos la leche tibia en la que habremos disuelto la levadura. Continuamos batiendo hasta que se mezclen antes de incorporar la yema de huevo ligeramente batida.  Ponemos la harina tamizada y la sal en un bol y hacemos un agujero en el medio en donde pondremos la mezcla anterior y amasamos hasta integrarlo todo. Sacamos la masa a una superficie ligeramente enharinada y continuamos amasando para formar una bola que pondremos en un bol tapado con un paño para que doble su tamaño (mas o menos una hora)

Mientras tanto prepararemos el relleno. Batimos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar y la canela hasta obtener una pasta homogénea. En cuanto la masa haya levado la estiraremos con ayuda de un rodillo dándole forma rectangular. Con la ayuda de un pincel cubriremos toda la superficie con el relleno y esparciremos las almendras troceadas. Enrollamos por la parte más ancha formando un cilindro. 

Con ayuda de un cuchillo bien afilado cortamos longitudinalmente dejando 2cm en un extremo para que quede unido y vamos formando la trenza teniendo en cuenta que la parte estriada debe quedar hacia arriba. Unimos los dos extremos formando una corona y la horneamos 20 minutos en el horno precalentado a 180º. Aquí os dejo un paso a paso que he sacado de internet para que os sea más fácil porque una imagen vale más que mil palabras.

Una vez horneado le damos una capa de glaseado que prepararemos mezclando 20 gramos de clara de huevo con 30 gramos de azúcar glas. Con ayuda de una brocha cubrimos bien nuestra corona y listo. Lo dejamos enfriar sobre una rejilla y a ver quien es capaz de resistirse a probarlo porque con el aroma que desprende es prácticamente imposible.